Hola soy Paulina y soy neurótica,

Yo siento que mi experiencia con los celos viene desde mi infancia especialmente cuando sentía que la atención de la madre hacia mi hermana era mayor que hacia mi. Siempre quise ser el centro de atención de mi madre y de paso su hija favorita, pero como veía que no lo lograba porque había más empatía de ella con mi hermana me ponía furiosa y sentía mucha rabia, rencor, ira y odio hacia las dos porque se ponían a jugar y me ignoraban, pero lo cierto es que me invitaban y también me irritaba, odiaba jugar de la manera que ellas lo hacían solo quería que me consintieran y me pusieran cuidado de la forma caprichosa que yo quería y como nunca fue así viví con mucho resentimiento.

Con el tiempo estas conductas se repitieron en mi vida, ya no dentro del hogar sino en mi relación con los novios, las amistades, los jefes, todo mi entorno en general. Me pongo grave cuando siento que tengo competencia, quiero ser siempre la que gana, la que sobresale, la más bonita, la más inteligente, con la que todo el mundo quiere estar y me intolero cuando no es así, osea casi siempre… Soy de las que considera que mis seres queridos y más cercanos son de mi propiedad y por esa razón deben querer estar conmigo siempre y por encima de todo, aún de sus propios compromisos y responsabilidades.

En el caso de mis amistades, no soporto que simpaticen con más gente, menos si esa otra gente me parece detestable, prácticamente quiero escoger con quien deben andar y en qué momento. Por lo general solo quiero compartir con mis amigas y amigos y que nadie más se junte porque sencillamente no los soporto, además cualquiera que yo vea que se está ganando el corazón de mis amistades más de lo debido se convierte automáticamente en mi enemigo y empiezo a intentar manipular la situación y a crear un entorno pesado muchas veces con comentarios negativos de la persona que me fastidia, para “deshacerme” de ella. Me resiento también con los novios, familiares e incluso con los propios hijos de las amistades, porque me “roban” ese espacio en sus corazones y en su tiempo que antes tenían para mí, de repente cambian su estilo de vida y a mí me enoja sentir que los perdí y que ya no los voy a tener de la manera que quiero. Especialmente cuando tienen hijos, dejo de frecuentarlos porque sus niños me estorban, me fastidian, me da mucha rabia ver como no nos podemos ni siquiera concentrar en una conversación porque lloraron, tienen hambre, se metieron a algún sitio de la casa que no es recomendable y hay que ir a buscarlos, etc. Los niños hacen de todo y ya la atención de mis amigos se enfoca en eso y yo me fastidio, ignoro al niño, no me importa si realmente es urgente lo que tiene porque siento que la que está de visita soy yo y por ende soy la que importa, que el niño se puede morir, o el novio, o la mamá o la amiga de la infancia que vive en otro país y no le hablaba hace un año y casualmente la llamó, no me importa, todos resultan siendo unos estorbos a mi parecer y yo me pongo muy mal por no recibir la atención que mi mente me dice que me merezco.

Todo esto lo he  consientizado desde que estoy en la terapia, y aqui he podido darme cuenta de lo caprichosa que siempre he sido, gracias a Neuróticos Anónimos en Línea puedo hoy relacionarme con las personas si sentir todas esas emociones negativas, gracias por el servicio, 24 horas 🙂

«Siempre tenía celos de que mi madre prefiriera a mi hermana»