Hola, soy Joel y soy Neurótico.

El suicidio como una alternativa al amor

Al principio pensaba que el amor era una cosa maravillosa, que me haría olvidar la tragedia de mi vida y que lo iba a vivir entre pétalos de rosa, de la manera más romántica  e inimaginable posible.

Idealicé el amor de una manera que sólo en los cuentos de hadas y  princesas se podía dar,  un amor incondicional, sin peleas, sin hastío, siempre juntos  y respetándonos. Sin embargo, desde mis primeros amoríos, algo no estaba bien, algo no marchaba como lo había soñado.

La primera vez que viví en pareja fue a la edad de 15 o 16 años. Pensé que había encontrado el amor de mi vida, que de ahí en adelante todo iba a ser hermoso y perfecto, pero no fue así. Las cosas se complicaron, con esa corta edad no sabía que hacer, obviamente no me vino la inspiración divina y no pude sacar adelante la relación como lo había pensado. Nos separamos.

Más adelante, con esa misma pareja, lo volvimos a intentar, estaba seguro de haber encontrado al amor de mi vida, de que mis sueños se realizarían como siempre lo visualicé, pero tampoco se dio de esa manera.

Los pleitos comenzaron a llegar más rápido de lo pensado, riñas por celos, golpes que yo sentía que no podía evitar, y desde luego, el terrible malestar del arrepentimiento, el sentir que mi vida no tenía sentido y los deseos terribles de quererme quitar la vida. Llegué a proponerle matarnos juntos, pero a la hora de la hora se echo para atrás y cerró la llave del gas. Tuvimos que llamar a un cerrajero para salir de la casa porque había cerrado todo con llave y aventado las llaves por la ventana. Pero no se dio el suicidio.

Otras veces, en otras relaciones, intenté matarme porque siempre sentí que no me tomaban en cuenta como yo quería, que no se percataban de mi sufrimiento, de los celos que sentía, de mis exigencias, aunque no las consideraba como tal, siempre sentí odio de que no se tomara el tiempo de preguntarme que te pasa, y si lo hacía, siempre respondía como niño chiquión que no me pasaba nada, aunque en el fondo quería que me insistiera, casi casi que lo adivinara, y como no era así, yo generaba suicidarme para darle una lección, para hacerla sentir culpable de no darse cuenta de lo que yo sentía en esos momentos… Sin embargo la vez que lo intenté, ni si quiera se dio cuenta y eso me deprimió aún más..

Mis relaciones siempre han sido de este tipo, pero el día de hoy, gracias a una terapia de 12 pasos que me ofrece el grupo  de Neuróticos Anónimos en Línea, puedo tener una relación de pareja más estable, puedo convivir con la familia como nunca antes había podido y cuando siento esa exigencia de atención, de cuidados, de mimos, vengo al grupo a curarme y salgo de aquí con la pila cargada para poder dar eso que siempre exijo: cuidados, amor, respeto, mimos.

Gracias por su tolorancia y que tengan tranquilas y felices 24 horas.