Soy Andrea  y soy neurótica. Tengo 46 años, 3 hermosos hijos, marido y sufría depresión.

Se me ocurrió este título porque la cama para mí es calentita, segura, confortable como los brazos de una madre. Ahí está todo bien, nada puede pasarme, estoy a salvo, ahí no tengo que enfrentarme con nada ni con nadie. Ahí no corro riesgo de que no salgan las cosas como yo quiera.  Ahí no tengo que hacer nada.

Pero ya no soy una niña pequeña y debo salir al mundo y enfrentar la realidad. La que tengo, la que me tocó, la que un poder superior me regaló.

La depresión me sacó ganas de vivir, no podía salir de la cama, usaba mi cuarto oscuro con las persianas bajas en pleno día como un bunker. Y dormía…. dormía para no pensar, para no sentir, para morir un poco. Y así pasaban mis días. Muchos.

No saben lo difícil que es sacar un pie de debajo de las mantas cuanto uno no tiene voluntad, cuando todo cuesta muchísimo hasta lo más simple como vestirse, bañarse, comer. Porque a veces ni me levantaba para comer, ni hambre sentía. Sólo quería dormir, escapar….

Mis hijos y  mi marido fuera de las cuatro paredes de mi refugio seguían con su vida. Cómo podían, a los tumbos. Los hijos se acostumbraron a verme tirada en una cama y eso me da mucha culpa actualmente. Y por ellos cada día hago el esfuerzo de salir, de enfrentarme a la vida, sólo por 24 hs porque más no puedo porque ya no soy una niña chiquita, soy una mujer, una madre con responsabilidades. Y sobre todo porque quiero vivir!!!!. Y estando tirada en una cama inmersa en la depresión no se vive, la vida pasa por el costado como si estuviéramos viendo por la ventanilla del tren. Y los años pasan…

Después de muchos años de psicólogos y psiquiatras, llegué a N/A. Ya como último recurso, para probar algo diferente. Todo lo anterior no había dado resultado. Estaba bien por un tiempo pero luego volvía a caer. El prozac que tomé durante años y que hace poco dejé no hacía gran diferencia. Todavía me cuesta dormir me falta dejar el diazepam pero creo que con tiempo y con la ayuda de mi poder superior voy a lograrlo.

Como vivo en un pueblo y  la ciudad dónde se reúnen los grupos presenciales de Neuróticos Anónimos queda muy lejos y me resultaba casi imposible costearme el pasaje de micro para poder ir sólo una vez por semana en una noche de desesperación, me metí a googlear y llegué a los grupos online. No fue el primero al cual ingresé porque quería como todo hacer las cosas a mi manera en lugar de seguir las reglas y como no era el día de juntas de bienvenida y no quería esperar. (Los neuróticos queremos todo para antes de ayer). Ingresé a otro, parecido pero que no cumplió con mis expectativas y entonces volví. Ahora sí el día de junta de bienvenida y entré por la puerta en lugar de colarme por la ventana y aquí estoy en Nael. Día a día le libro batalla a la depresión entre otras cosas. Porque tengo muchos defectos de carácter y recién estoy empezando con el programa de 12 pasos. Pero poco a poco voy viendo pequeños cambios, chiquitos tal vez hasta insignificantes para otros pero para mí enormes. Logré dejar la cama la mayor parte de mis días, estoy más cerca de mis hijos y trabajando para lograr estar más cerca del marido también. Porque las relaciones familiares cuando se descuidan por nuestro egoísmo se resienten y hay que trabajar mucho para sanarlas. No es fácil, es poco a poco, no es milagroso, hay que poner el cuerpo, casi nunca las cosas van a ser como queramos, pero se puede. Sólo por 24 hs y con la ayuda de mi poder superior. Me falta muchísimo pero ya empecé y sólo me queda mirar para adelante. seguir y aprender a amar.