Hola, mi nombre es Juana y soy neurótica. Este tema es algo que me viene como anillo al dedo pues desde niña he sido muy callada, muy reprimida, muy ensimismada, siempre he visto a la gente como personas más grandes, más importantes que yo, por eso me da miedo hablar ellas.

Siempre estoy pendiente de lo que pensarán, si será sobre algo mal de mi, si las palabras que uso son las adecuadas; creo que eso va acompañado de una gran dependencia hacia la gente, hacia el qué dirán.

Recuerdo que cuando era niña, el padre siempre me decía habla bien, mira cómo te expresas, tú no tienes derecho a meterte en pláticas de grandes, tutear a las personas es una falta de respeto más si son grandes.

Siempre que entablo una nueva relación con alguien me cuesta mucho trabajo hablarle, si es en el trabajo siempre voy pensando lo que voy a decirle a mi jefe o a mis compañeros, cómo les voy a hablar, qué les voy a decir. Si es en un grupo, por ejemplo, de amigos o en una fiesta, tampoco sé qué hacer, no sé cómo hablar, a veces dependo mucho de bromear porque siento que mis bromas son muy pesadas.

Cuántas veces quisiera a veces expresarme con groserías, pero como soy mujer dependo mucho de que los hombres me tachen de prosaica y entonces, muchas veces mejor me quedo callada, solo observo. Si es con mis amigos, también tengo ese mismo comportamiento, observo a la gente, las analizo y entonces veo si puedo hablar o no. Temo mucho al rechazo de la gente, a la mala impresión que puedan tener de mí, creo que con el tiempo me he vuelto más reservada, me he creído todo lo que me decían de niña, que yo no sirvo para hablar, que no sé expresarme y que cometo muchos errores, aunque hoy intento hacer la diferencia, por lo menos en el grupo, trato de expresar mis emociones, cómo soy, lo que pienso, lo que siento y creo que me ha resultado.

Hablar de mi en el grupo me ha ayudado a conocerme y por hoy tengo un reto: aprender a hablar en público. Por hoy he tenido la capacidad de dar pláticas de capacitación al personal de mi empresa, de haber dado este año una plática a unos chicos de la universidad, tomé un curso de certificación como instructor externo y me han dicho cuáles son mis errores. Mi mayor defecto es la inseguridad que proyecto, aún cuando mi lenguaje es fluido, mi voz es baja y mi forma de pararme también denota inseguridad, lo cual es algo que quiero seguir trabajando. Me gusta dar clases, me gusta capacitar a la gente pero me cuesta mucho esfuerzo, por ello quiero seguir haciéndolo con ayuda del grupo, esa es la experiencia que yo puedo regalar de bv, muchas gracias por el servicio.